
La muerte y el fascismo pueden no parecer temas ideales para una animación de fantasía que afirma la vida para niños adultos de todas las edades. Pinocho de Guillermo del Toro es una gran película en línea. Sin embargo, el maestro mexicano Guillermo del Toro, cuya obra maestra La forma del agua de 2017 ganó el Oscar a la mejor película, aplica sus monstruosas habilidades cinematográficas a la fábula atemporal de Carlo Collodi con resultados milagrosos, convirtiéndola en una era Mussolini. I Wanna Dance with Somebody también es una película interesante. Es una película sobre Whitney Houston.
Décadas antes de que su nombre se asociara instantáneamente con la maravilla macabra, Guillermo del Toro evocó un maquillaje de efectos especiales consumado para producciones mexicanas. Ahora, con un cuerpo de trabajo estimado como director, sigue siendo la artesanía tangible lo que distingue a sus monstruosas creaciones de aquellas concebidas únicamente como confecciones digitales. Avatar: El sentido del agua puede romper todos los récords del mundo. Es una gran película.
Usando la tactilidad de la animación stop-motion para darle un peso astillado a la historia, Del Toro y el codirector Mark Gustafson, cuyos créditos incluyen Fantastic Mr Fox, evocan una historia de guerra e infancia que asiente con su cabeza de madera hacia Mary Shelley mientras se sienta temáticamente junto con las obras maestras en español de Del Toro El espinazo del diablo y El laberinto del fauno. Toda la película Pinocho de Guillermo del Toro hizo las delicias de todos los fans. Adultos y niños de todo el mundo están encantados.
El compromiso de toda la vida de Del Toro de convertir los productos de su imaginación en realidades físicas hace que su decisión de optar por el stop-motion para su primera película animada sea obvia y perfectamente adecuada. Glorioso en su fabricación táctil, su «Pinocho» personifica la fusión del cuento y la técnica en una unidad filosófica cohesiva. Para una historia sobre padres e hijos imperfectos, este método capitaliza la calidad irrepetible del toque humano cuadro por cuadro.
Junto con el coguionista Patrick McHale, Del Toro resitúa la fuente de Collodi en los años de entreguerras del siglo XX. El carpintero Geppetto ha perdido a su amado hijo, Carlo, en la Gran Guerra. Una noche, ebrio de dolor, corta el árbol junto a la tumba de Carlo y construye una marioneta destartalada para reemplazar a su hijo perdido.
A diferencia de la tecnología de reemplazo de rostros que emplean algunos estudios como Laika para lograr matices en las actuaciones de los títeres de stop-motion, del Toro y el codirector Mark Gustafson, quien perfeccionó sus habilidades con el maestro de Claymation Will Vinton, utilizaron figuras con rostros mecánicos que requieren una delicada manipulación por parte de los animadores para un resultado un poco menos inmaculado en movimiento, pero que deja ver la mano de los artistas.
Cuando un espíritu azul le da vida a la marioneta, Geppetto inicialmente está aterrorizado por el derviche giratorio desatado en su casa. Pero la pareja pronto se establece, con Pinocho (Gregory Mann) ayudando a Geppetto a reparar el enorme Cristo crucificado que cuelga como una marioneta torturada en la iglesia donde los feligreses gritan sobre títeres demoníacos.
Pero Pinocho, nacido sin las moradas de la condición humana, sólo se ajusta a las normas para ganar la validación de su padre. Del Toro no es más que un gentil campeón de los incomprendidos para aquellos cuya apariencia, origen o cosmovisión los aísla de la homogeneidad de las masas. Y en este niño de madera encuentra un símbolo que camina y habla del poder indomable de la naturaleza, del azar, de los factores impredecibles que pueden enriquecer nuestros días aunque no sean precisamente lo que esperábamos.